Thursday, February 6, 2014

Vancouvering


Que bien se me da lo de NO actualizar este blog. Si me pagaran por ello me ganaba la vida ya pa siempre. A ver si arrojo un poquito de luz al tema.


Me he dado cuenta de que llevo aquí ya 42 días....RECALCULANDO....73 días!!!! (que me se había escurrido el cerebro al contar. Seguro que lo había intentado hacer en inglés y por eso...), es decir, dos meses y un piquito (sí, sí, he querido decir "piquitio" y no "poquito", que no estoy escribiendo con el autocorrector del móvil). En este  lapsus espacio-temporal han sucedido numerosos eventos. Vayamos por partes:

  • Mi primer mes alquilé una habitación en casa de una señora a la que no voy a identificar porque no merece la pena. Sólo os digo que me fui de allí por patas una semana antes de que se me acabara el contrato de alquiler (que era de 4 semanas). Que nunca había dejado a nadie que me llamara las cosas que me llamó esta mujer, y que para la próxima vez espero haber aprendido la lección: "cuando la cosa se pone chunga, HUYE!" Esto ya lo sabían los cromañones, yo no sé por qué a mi me cuesta tanto procesarlo.
  • Como tengo una flor en el culo del tamaño de un girasol maduro, unos amigos majísimos me dejaron su casa esa última semana de Diciembre. Y ahí empezó la buena vida.
  • En Enero me mudé a la casita en la que estoy ahora. Me encanta este sitio, sobre todo cuando da el sol. Sólo puedo quedarme aquí hasta final de Marzo, pero ha sido el sitio perfecto para reconciliarme conmigo misma y con Vancouver. 

  • Estoy trabajando en un café super-cool (como yo) en la zona más hipster de toda la ciudad. No veas que bicis "fixie" que tiene el personal, y que paladar para el café. Aquí no te pasan una, pero si les tratas bien y no les recibes con una sonrisa falsa LOS TIENES EN EL BOLSILLO! 
Os cuento un poco del lugar. Se llama GREENHORN CAFÉ , y lo abrieron el día 3 de enero. Está a 50 metros de la casa de mi hermano (mi cuñada y mi sobrino). Los dueños son Argentinos aunque llevan aquí más años que el sirope. Yo hago un poquito de todo, menos cocinar y poner cafés, que para eso hay expertos en la materia, que aquí lo de poner cafés es todo un arte y hay que entrenar como si fueras a las olimpiadas.














Estoy muy agustico y contenta. Aún no sé qué haré este verano, pero prometo manteneros informados.
Os echo de menos, pero reconozco que esto me gusta. Así que ya os estáis viniendo de visita.